Leyendas y Tradiciones, Praga

La leyenda del Golem de Praga


En torno a la figura del Golem de Barro de Praga existen infinitas leyendas, las cuales todas varían entre unas y otras pero todas tienen un denominador común, la razón por la cual se crea está figura de barro. Al pueblo judío siempre se le ha conocido como el pueblo perseguido y aquí en el barrio judío de Praga la situación no iba a ser menos. Siempre que en la ciudad vieja desaparecía un niño o encontraban a alguien muerto los cristianos echarán la culpa a los judíos y entrarán al gueto para tomarse la justicia por su mano y asesinar judíos.

Por eso nos cuenta la leyenda que una vez existió un rabino que se llamaba Loew  al cual se le atribuían poderes mágicos, y que el hombre ya  cansado de esta situación va a moldear una figura de arcilla. Arcilla que será recogida en las orillas del río Moldava y con la ayuda de su yerno Jizchak ben Simson, y de su discípulo, el levita Jakob ben Chajim Sasson. Entre los tres modelaran una figura humana de barro de grandes proporciones mientras cantan salmos sagrados. Después  el sacerdote Jizchak comenzando por la derecha dio 7 vueltas alrededor del golem mientras recitaba el zifurim, lo mismo hizo después el levita Jakob. Y de la figura empezó a brotar pelos en la cabeza y uñas tanto de las manos como los pies.

Acto seguido el rabino Loew dio las últimas 7 vueltas y depositó en la boca del golem un schem (un nombre, concretamente el de Dios), y así fue como la figura cobró vida.

Este Golem fue creado con una misión, proteger a los judíos de los ataques de los cristianos. Tiene la función de vigilante del barrio para que ningún cristiano se tome la justicia por su mano. Loew le escribirá en la frente la palabra Emet que significa “verdad” en hebreo. El Golem también era judío por lo que el shabat tenía que descansar, así que el viernes por la noche cuando comenzaba el rabino le tenía que quitar el pergamino de la boca para que descansase. Pero cuenta la leyenda que un viernes al anochecer el rabino se olvidó  completamente del pergamino y cuando llegó la hora el golem se volvió loco y empezó a destrozar el barrio, ante esta situación el rabino salió detrás del Golem y cuando lo encontró le borró la letra E de su su frente, quedando solo la palabra Met que significa “muerte”. Por lo que la figura se autodestruiría, quedando los restos del golem encerrados en la parte superior de la sinagoga, en caso de que se tengan que volver a utilizar.

 Leyendas posteriores dicen, que si caminas de noche por el cementerio judío te puedes encontrar la figura del Golem. Otra leyenda nos dice que durante la segunda guerra mundial, dos nazis subieron a la parte superior de la sinagoga Vieja Nueva y nunca más regresaron ya que fueron asesinados por la figura de barro.

Como decíamos antes, múltiples versiones surgen en relación a la leyenda del golem que coinciden en las partes esenciales pero con diferencias sustanciales. Relatos a destacar, el más famoso publicado en 1847 por Wolf Pascheles que era una colección de relatos judíos. Otra versión publicada por Yudl Rosenber 1909.  Y otra publicada en 1915 por Gustav Meryrink cuya novela se titulaba El Golem.

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